PIEDRA DE AFILAR – Enrique Ramos
El Gobierno anunciaba en días pasados el inicio del procedimiento para construir una rotonda en el entronque de la carretera N-120 con el acceso a Montejos en Valverde de la Virgen. Acaba de abrirse en la misma carretera otra que durante dos años mantuvo en paso precario el cruce hacia Trobajo y se sigue trabajando en otra más que permitirá el acceso al polígono industrial de Villadangos. Si contamos otras dos rotondas en la misma travesía aquí entre San Justo y Astorga (sí, ya sé que en este caso la carretera está trazada por la variante cerca de Celada), nos sale que dentro de un par de años cuando estén todas en servicio, un coche desde el barrio de Puerta de Rey de Astorga a León que no quiera pagar peaje recorrerá en 45 kilómetros ¡ocho rotondas! Nada mal para una carretera nacional con más de diez mil vehículos de intensidad media diaria.
¿No os gusta el peaje? ¿No habéis querido ir por la autopista a pesar de la multitrampa en radares de todo pelo? Pues hala, rotondas. Más lento y más penoso. Y además, después tenemos más espacios para alguna escultura de un amiguete que nos deja comisión. Os va a quedar una N-120 guapa, guapa.



