J.J.A.PERANDONES – La tolva
Aquella ocurrencia del concejal Juan Pablo, en 1986, de celebrar durante el Bimilenario un circo romano, congregó, inesperadamente, a miles de vecinos, en la balconada de la muralla, o en la escalerona, vestidos con túnicas, para disfrutar con las cuádrigas y de unos combates presididos por el césar “Emilius”, el Pertiguero, en la plaza de San Roque. La incorporación posterior de las tribus y el caudillo astures ha enriquecido una celebración multitudinaria. Los estandartes que adornan calles y jardines, los gladiadores y legionarios, los séquitos de Octavio Augusto y Sebius con su campamento y un sinfín de rituales, junto a los peregrinos y visitantes, tornan la vida cotidiana, cada fin de julio, en un ágora donde conviven los ritos de la antigüedad y las actuales costumbres. Asimismo, ambiente de clásica academia aportan los congresos, que atraen a gentes interesadas en nuestra historia, en la escritura de los códices. O bien en la literatura, enlazada con los autores de esa casa museo de los Panero, la cual es considerada, por su arquitectura, historia y contenido, una de las más relevantes en el ámbito hispánico. Jóvenes doctores, profesores universitarios, han versado sobre las creadoras de la Edad de Plata, y ofrecido una representación teatral, en el jardín de esta casa, con textos de Carmen Conde. Despedimos el mes de Julio César con venteo de libros, declamaciones y coronas triunfales de laurel.
