SIN PASIÓN – Eduardo Sáez
Acaba de irse un fin de semana donde los dos grandes partidos políticos del país han juntado a sus huestes para reforzarse y salir a comerse al adversario: unos lamiéndose las heridas y otros mordiendo las del vecino, pero el fin último de ambas macroreuniones ha sido mantener prietas las filas e impasible el ademán.
El cazurrerío político ha salido de sus respectivas kermeses de manera bien dispar. A Ester Muñoz la han encumbrado a la derecha de Feijóo para ser portavoz parlamentaria bien porque se ha creído que es buena para eso, o bien porque no ha encontrado otro mejor. Con Muñoz, un puñado de gentes de su entorno, se afianzan en el entorno de la cúpula de un PP más septentrional que nunca.
Pero enfrente, todo es un rechinar de dientes. El secretario general del PSOE de León, el tal Cendón, ha sido descabalgado de sus puestos influyentes en la ejecutiva porque parece ser que fue amigo de un todavía presunto corrupto de apellido Cerdán. Hace unas pocas semanas que ha ganado unas elecciones internas entre la militancia por goleada, pero en Madrid le acaban de decir al socialismo cazurro que no tienen ni idea de votar. Democracia sí, ma non troppo.
