Soledad Vega Alonso y Juan José Alonso Perandones
El músico y compositor astorgano don Evaristo Fernández Blanco (1902 / 1993) fue reconocido por la ciudad con diversos actos, especialmente los celebrados con motivo de su nombramiento como Hijo Predilecto de la ciudad en el año del Bimilenario, 1986. Vivía con su hijo Francisco Fernández Martínez en un humilde piso de la calle Pico de Artilleros, de Madrid, el cual heredaría este bien. En cuanto a su legado musical, partituras de sus composiciones, bienes e interpretaciones en torno a ellas, se obtuvo la donación, del propio Francisco y de su hermano mayor, Evaristo; hoy forma parte del patrimonio municipal.
En Los últimos años de vida, Francisco (que fallecería el 14 de octubre de 2017) padeció grave enfermedad, ante la cual nos trasladamos, a nuestra costa, en diversas ocasiones a Madrid, bien para visitarlo, para atenderlo en internamientos hospitalarios, o para llevar a cabo su enterramiento. Su vinculación con Astorga, y con nosotros dos, al final de su vida supuso su principal apoyo y atención; el origen de tal amistad había nacido por nuestro desempeño como ediles en el Ayuntamiento. En agosto de 2006 pasó unos días en Astorga, y fue petición nuestra, y por él voluntad compartida, el donar todos sus bienes al Ayuntamiento : el piso adquirido por su padre y los ahorros de toda una vida. En la Notaría de Astorga, con nuestra presencia, dictó testamento, en el que quiso reseñar que nunca se fuera contra nuestra voluntad, porque sin duda sería la suya, a la hora de invertir su herencia en la Casa Panero. Por ello el testamento recoge la siguiente cláusula, un requisito imprescindible para ejecutar por el Ayuntamiento todo o parte de su herencia: “El expreso consentimiento de los testamentarios”, es decir, nuestro expreso consentimiento.
Al producirse el fallecimiento de Francisco Fernández solicitamos audiencia al entonces alcalde, señor Arsenio García, al que pusimos en conocimiento la existencia de su testamento en favor del Ayuntamiento. Se llevó, entonces a cabo, el proceso para que su patrimonio se inventariase en el patrimonio municipal, donde desde su fallecimiento consta con adscripción propia. En la legislatura pasada (2019 / 2023) se procedió por el Ayuntamiento a la venta del piso y se iniciaron las conversaciones con la congregación de La Milagrosa para adquirir, con la herencia de Francisco, el inmueble colindante (que fue colegio y quedó clausurado) en aras a rebajarlo (tiene una alta medianera antiestética) o construir en dicho espacio un edificio donde archivar, poder mostrar a los escolares, a investigadores, los fondos documentales, de inestimable valor donados, o conseguidos, de Ricardo Gullón, los Panero, Luis Alonso Luengo, José María Luengo, Evaristo Fernández, etc., etc.; asimismo, para dar cabida a donaciones futuras. Ya no fue posible y, en principio, la Comisión de Patrimonio resolvió no permitir la segregación de dicha parcela (solicitada al final de la citada legislatura). Asimismo, existía una memoria anterior del arquitecto Juan Múgica Aguinaga, donde se contemplaba un edificio adosado a la medianera del alto edificio de La Milagrosa con idénticos fines. Uno u otro expediente precisarían la resolución de su peculiar tramitación, hubiese, como cualesquiera otros.
Por el actual gobierno municipal el 11 de abril de 2025 recibimos petición para sufragar con la herencia de Francisco Fernández una obra: “Acondicionamiento jardín entrada principal Casa Panero”, de 38.114,78 €. No facilitan en la petición la memoria de esta obra. Un segundo escrito nos es enviado, con ampliación de la denominación de la memoria, pero, de nuevo sin facilitar el contenido de la misma, es decir, sin poder tener conocimiento de las obras que se van a ejecutar en el jardín delantero de la casa. En escritos de respuesta, por nuestra parte, hacemos constar esta carencia y, entre otras consideraciones, el hecho de que la Casa Panero ha de ser respetada como patrimonio original, dado que cuenta en el Plan de Urbanismo de protección integral.
Con gran sorpresa recibimos requerimiento notarial de fecha 20 de junio de 2025, aludiendo, el gobierno municipal, que no han recibido respuesta a los dos escritos anteriores, y, al tiempo, vierten una serie “de amenazas”, entre ellas, por incumplimiento, la posible tramitación para excluirnos de la condición de albaceas. Algo totalmente descabellado, y que indica un gran despiste, pues, por registro municipal habíamos dado respuesta a sus peticiones. Es lo único que hicimos en Notaría: reproducir, con número de registro municipal, la respuesta dada en plazo y forma. Ha sido esta actuación del gobierno municipal desafortunada, y con un gasto para el Ayuntamiento innecesario.
El 25 de septiembre / 2025, nos es reiterada la petición de “Acondicionamiento de jardín entrada Casa Panero”, pero esta tercera vez, finalmente, con la memoria o proyecto técnico que contempla las obras las cuales pretenden ejecutar. Nuestra sorpresa fue mayúscula, pues dicha memoria, aparte de la colocación de una rampa, que no cumple la normativa vigente, colocada junto a la fuente, contempla, además de la tala de algún árbol, retirar, según entramos, a la izquierda, toda la vegetación crecida del parterre con su riego de goteo y sustituirlo por una plataforma de cemento de 121 m², con la superposición de un césped artificial. Como bien se sabe, este parterre guarda sintonía con el situado enfrente, en el lado contrario del pasillo principal. No es el único desatino propuesto para una casa de protección integral, como en respuesta patrimonial y técnica pusimos en su conocimiento. Por lo expuesto, no dimos nuestro consentimiento para invertir parte de la herencia de Francisco en semejante proyecto.
El 19 de noviembre / 2025 recibimos una nueva propuesta, la segunda, en realidad, denominada “Reparación de carpinterías de madera exteriores, Casa Panero” dado que, según memoria técnica, “presentan un estado de deterioro generalizado debido al paso del tiempo y a la exposición a agentes atmosféricos”. Cierto es que la carpintería necesita una reparación, pues no en vano mirador, galerías y ventanas llevan bastantes años anclados en este edificio, la casa de los Panero, cuyas obras de restauración se iniciaron en 2004. Hemos dado el consentimiento para esta actuación (20.211,04 €), con la salvedad de que lo consideramos excepcional, pues las labores de mantenimiento de este, como de los demás edificios municipales, las entendemos como cometido habitual municipal. La herencia de Francisco, el hijo destacado del compositor astorgano de la Generación del 27, Evaristo Fernández Blanco, ha de destinarse a otros fines, en la propia Casa, que ya han sido manifestados, y deberían, además, contar con un reconocimiento en la misma, por tan alta generosidad y cariño hacia la Ciudad. Hasta ahora, pese a nuestra reiterada petición, no hemos sido llamados, convocados, desde el gobierno municipal, para tratar sobre este asunto tan relevante.
