SIN PASIÓN – Eduardo Sáez
Lo advertía la prensa la pasada semana: el nuevo nudo para el AVE que se construye en Olmedo dará con toda probabilidad el golpe de gracia al único tren de largo recorrido que sigue pasando por Astorga.
Cuando todo sea AVE y un vigués o un orensano tarden dos horas menos en dar la vuelta por Zamora y Olmedo para llegar a Barcelona que viniendo recto por Monforte, Ponferrada y Astorga, nos habrán quitado otro tren, el último que quedaba para comunicarnos, ya cada vez menos de manera directa, con el resto de la Península.
Mucho quejarnos del centralismo ferroviario al que Óscar Puente nos ha sometido hacia su Valladolid natal, pero no es sino una reproducción de la misma construcción aberrante de la ferrovía de este país en los casi dos siglos últimos. Nos desvían por Olmedo ¿y del tiempo que llevan desviándonos por Madrid? ¿De ahí no decimos nada? León es la nada preperiférica gracias en parte a ese diseño de país corrupto que nació con las concesiones ferroviarias de los borbones del siglo XIX.
Y ahora digo yo: nos van a quitar el último tren que circula ¿y vamos a seguir dando vueltas y engañando con la matraca de la Vía de la Plata? ¿Somos tontos?



