La desesperada situación del Atlético Astorga en la clasificación hace que no se pueda concebir ningún atisbo de salvación que no sea empezar a sumar ya de tres en tres.
Sin embargo, tras ir perdiendo durante casi todo el segundo tiempo, el punto logrado con el empate propiciado por el gol de Cervero a falta de siete minutos para el final, supo a gloria a la parroquia local.
Porque hay que decir, que este sábado en La Eragudina, el Astorga no fue en casi ningún momento superior al Rayo Cantabria. Los filiales santanderinos mostraron una velocidad y una capacidad de desborde que volvió loco a un Astorga que pareció salir al campo noqueado.

Dos paradas de mérito a bocajarro de Martín Cascajo en el primer cuarto de hora permitieron mantener vivo el partido.
Lago, otra vez con una plantilla muy precaria acosada por las lesiones, formó con Martín, Jony, Manso, Albertín, Sellés, Dani Ceinos, Javi Álvarez, Canito, Ayub, Mario y Vales.
En el inicio del segundo tiempo entró Adri por Javi Álvarez y más adelante, en el 62 en la primera ventana de cambios Aleixo y David entraron por Ivi Vales y Canito y en la segunda, en el 77, Cervero y Sergio relevaron a Ceinos y Albertín.
Tras una primera media hora en la que el Rayo Cantabria pareció que iba a tomar el mando del partido, cuando su frescura física decayó, el Astorga, con más empuje que talento futbolístico, logró poner cerco a la meta visitante. Pero una cascada de saques de esquina y llegadas al área, tampoco produjeron demasiada inquietud en el meta santanderino. En todo caso, la afición pensó que de aquí se podía salir con una victoria y así se fue al descanso.
Pero en todos los partidos, el Astorga regala; y el era el minuto 3 del segundo tiempo, un fallo coral de la defensa dejó vendido a Martín Cascajo ante Fuentes que lo vio adelantado, le tiró una vaselina que el portero del Astorga llegó a palmear pero sin la fuerza suficiente para desviarla de la portería.
Como en Burgos, como en Salamanca, como en La Eragudina con el Coruxo, se abría la lata en un nuevo regalo de la zaga astorgana y la grada empezó a descontar una nueva derrota, en especial porque seguía sin adivinarse una capacidad de reacción en los de Lago.

Incapaces de quebrar la tenue presión del Rayo Cantabria, el Astorga trataba de sacar el balón controlado basculándolo entre los centrales y los laterales en la frontal del área con el riesgo que supone jugar con fuego tan cerca de su portero.
Los cambios fueron dando un poco más de verticalidad al Astorga y, sobre todo, algo más de dominio del centro del campo. Un par de llegadas que los delanteros astorganos casi a puerta vacía no fueron capaces de materializar hacían ver el rescate de algún punto cada vez más lejano.

Pero Cervero, que llevaba menos de diez minutos en el campo, fue el que desatascó la situación con su instinto goleador. Una falta esquinada, casi un córner, botado por David al área pequeña encontró la bota del delantero que con este segundo gol se convierte no solo en el máximo realizador de su equipo, sino que en la relación entre minutos jugados y goles hechos, es posiblemente uno de los más rentables de la 2ª RFEF.
El empate supuso un alivio para la afición local y sobre todo, una reivindicación de Cervero como delantero de un equipo que sigue teniendo muchos problemas tanto de construcción de juego como de acierto en ataque.
