PIEDRA DE AFILAR – Enrique Ramos
Esta semana han iniciado un viaje a China unos representantes de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Astorga. Pretenden difundir el Camino Francés en la gran nación oriental y, al mismo tiempo, promover desde su conocimiento, el desarrollo de una llamada Ruta de Diego Pantoja, que recree el periplo de un misionero toledano que fue uno de los primeros occidentales en vivir de modo permanente en China entre el siglo XVI y XVII.
En un momento en que Astorga decae por todas partes, las propuestas de los santiaguistas de la ciudad, siguen siendo una referencia de oportunidad, visión y capacidad de adaptación ante el futuro.
Fue la asociación astorgana la que montó en Madrid el primer centro de recepción de peregrinos extranjeros en este 2025 y es la asociación astorgana la que intenta que en medio del mercado persa en el que deviene casi todo lo jacobeo, los principios y la filosofía de la hospitalidad tradicional y la razón de ser última de las peregrinaciones, prevalezcan sobre el interés espurio de políticos, hosteleros, transportistas y, en general, todos los pícaros 3.0 que se arraciman en torno al Camino de Santiago.
Su labor no está pagada. Ni lo más grave, reconocida.



