Pasando el puerto – M. A. Macía
El Adelanto Bañezano, así con mayúsculas, es el nombre de un semanario que recoge los acontecimientos que ocurren en la ciudad vecina. Se reparte entre suscriptores y lectores poniendo en letras de molde lo que ya saben de sobra por estar al cabo de la calle. No publica propiamente noticias sino hechos ocurridos y ya conocidos pero que, al aparecer en sus páginas semanalmente, cambian de categoría y mutan de acontecimiento a acontecimiento publicado. No intenta competir con la trepidante actualidad porque los tiempos han cambiado y ningún medio impreso alcanza la rapidez del silicio ni la velocidad de las pantallas. Pero el objeto de esta columnilla no es el análisis de la publicación vecina sino poner el foco en el otro adelanto bañezano, éste con minúsculas, publicado esta semana por el instituto de estadística con esa puntilla de pundonor surgida al desglosar los datos de población. Es un adelanto de foto finish, de conteo menudo, pero suficientemente relevante para que se levante la ceja con sorpresa y dos gotas de incredulidad. Un respingo acompañado de expresión malsonante. El tiempo dirá si marca un punto de inflexión o queda en anécdota, pero por el momento hay dos adelantos bañezanos. Disfrutenlos.



