PIEDRA DE AFILAR – Enrique Ramos
Los balances electorales suelen tener como rasgo común que casi todos se atribuyen la victoria. El que gana, porque lo ha hecho, el que pierde, porque ha perdido por menos de lo que le vaticinaban; el que se mantiene, porque a menos perder…
Lo cierto es que en las elecciones de este domingo, apenas ha votado la mitad del electorado e incluso en Astorga, donde ha acudido algo más de gente, no se ha llegado al 54%.
¿Realmente se sienten legitimados los elegidos de todos nosotros cuando la mitad, más o menos, se han declarado ignaros de tal pelea? Sí. A buena parte. La legitimidad se la otorga el sueldo y demás privilegios.