PIEDRA DE AFILAR – Enrique Ramos
Como el capitán Araña, que embarcaba a la tripulación y se quedaba en el muelle mientras el barco zarpaba, el presidente del Gobierno presume del pueblo español y su movilización a favor de Palestina al tiempo que manda a la Policía a reprimir esas mismas manifestaciones; o se enorgullece de que hayan parado una competición deportiva para la que el Estado, o sea, él, cedió espacios públicos y fuerzas de seguridad. Si era tan mala ¿por qué no la prohibió desde el principio?
