Y por fin llegó el ansiado día. Tras años de preparativos, Nuestra Señora de los Dolores fue coronada este sábado en la Catedral de Astorga arropada por cientos de fieles que no quisieron perderse este acontecimiento histórico en el que la Dolorosa de San Bartolomé estuvo acompañada por sus madrinas la Virgen del Castro y la Virgen de la Encina.

Más de medio centenar de cofradías y asociaciones de la Diócesis de Astorga y de la provincia de León participaron, juntos con fieles y devotos, en la Solemne Misa Pontifical con el Rito de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Dolores en el interior de un Templo Mayor abarrotado.
Luis Argüello García, Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, fue el encargado de presidir -acompañado de los obispos de Lugo y León y el prelado emérito de Santander- y coronar la imagen.

Tras la entrada de las autoridades civiles, militares y eclesiásticas -entre las que se encontraban los alcaldes de Astorga, José Luis Nieto, de La Bañeza, Javier Carrera, y de Ponferrada, Marco Morala, el coronel del RALCA 63, los Marqueses de Astorga o el delegado territorial de la Junta en León, Eduardo Diego -que tuvo que marcharse de forma precipitada debido al incendio declarado en Pendillas de Arriba- la solemnidad comenzó con la monición de entrada que invitaba a todos los presentes “a manifestar la fe de la Iglesia Santa de Dios que peregrina en estas tierras y que no ha cesado de avivar la devoción a María, madre de Dios y madre nuestra, en su secular advocación de los Dolores, y de fomentar la confianza en su maternal intercesión.

Monseñor Argüello, en su homilía, destacó el gran significado de esta celebración que “no es solo colocar una corona sino que es la expresión de una emoción y de la fe del pueblo de Dios”. “La Virgen de los Dolores nos sitúa a todos al pie de la Cruz, ella con sus siete espadas que se corresponden con los siete dolores, expresa el dolor de una Madre”, explicó.
Remarcó el presidente de la CEE que “esa Madre, es una Reina y Señora de todo lo creado y su hijo ha vencido al pecado y a la muerte y ha resucitado demostrando que el dolor no tiene la última palabra… El dolor, los dolores, los sufrimientos, las angustias nos acompañan pero, igual que a esta madre, la esperanza nada ni nadie se la puede, nos la puede, arrebatar porque Dios es la salvación”. En este sentido, recordó el sufrimiento vivido en nuestra provincia y entorno más cercano con los incendios que han “arrasado parte de este territorio pero que abren una puerta a la esperanza y a la solidaridad de unos con otros, a la fraternidad y al compromiso.

Finalizó dando la enhorabuena a los promotores de esta coronación que “deseo se convierta en un hecho singular y especial que sirva para reavivar y para alentar nuestra esperanza”.
A continuación llegaría el momento central de la celebración. Representantes de la Archicofradía y de las Madrinas de Honor han llevado ante el presidente de la CEE la corona para ser bendecida y colocada sobre la cabeza de la Virgen de los Dolores mientras el silencio del templo se rompía con el Himno Nacional y los aplausos de los fieles.

La parte musical de esta celebración corría a cargo de la Coral Excelsior, dirigida por Milagros Alonso, el grupo de metales de Abraham González y varios músicos bajo la batuta de Miguel Ángel Rodríguez Villacorta interpretando, entre otras piezas, el himno de la Coronación. Tras la firma del acta oficial que dejaba constancia de esta solemne celebración por parte de Luis Argüello, el administrador diocesano Javier Gay, el alcalde y la presidenta de la Archicofradía, el acto lo cerraba el párroco de San Bartolomé y alma mater de esta Coronación Canónica.

Enrique Martínez Prieto destacó que este día quedará “en la memoria y el corazón del alma de nuestra fe y nuestra piedad popular” y recordó que “su corona no es de oro, es de fe, esperanza y vidas ofrecidas en silencio”. El sacerdote dio las gracias a Luis Argüello “por prestar sus manos para esta corona de esperanza, a Monseñor Jesús Fernández por impulsar esta coronación y a todos los que habéis participado en esta magna celebración, habéis entendido este proyecto, implicado vuestro corazón y habéis estado estos tres años en el camino de la coronación”.
El agradecimiento fue extensivo “a todos los donantes de la corona material y la obra social para las Cinco Llagas” y sentenció que “si alguien todavía no ha entendido el valor de todo esto, si no hemos sabido explicarlo bien, el corazón de la Virgen siempre estará abierto para todos”. “No ha sido fácil el camino pero ha sido hermoso, ha habido dificultades pero ha valido la pena. Gracias a todos los devotos que rezaron para que este sueño se hiciera realidad. Gracias por vuestra fe y vuestro amor a la Virgen”, finalizó animando a todos los presentes a lanzar un “Viva la virgen de los Dolores Coronada”.

Procesión y lluvia
Con la Dolorosa ya coronada, llegaba el turno dela procesión triunfal de Gloria en honor de Nuestra Señora de los Dolores. Pendones y estandartes de las distintas cofradías y asociaciones participantes, recorrían las calles de nuestra ciudad saliendo desde la Catedral con el alegre repique de las campanas. Abría la procesión la Virgen del Castro, continuando la de la Encina y cerrando la Virgen de los Dolores portada por sus braceros mientras la tarde caía y anochecía en Astorga. Las tres imágenes salían de la Seo arropadas por los fieles y devotos y acompañadas de las bandas de música de Astorga y La Bañeza, la Banda de Gaitas Sartaina, los maragatos, mujeres de mantilla y las autoridades civiles, militares y eclesiásticas.
A pesar del calor que había acompañado toda la jornada del sábado y que se notó incluso entre las paredes del Templo Mayor, a la salida de la procesión hubo un brusco cambio de temperatura y el cielo se nubló amenazando lluvia. Al paso de la Dolorosa por el Seminario, la lluvia hizo acto de presencia y las gotas comenzaron a caer con más fuerza obligando a la procesión a ‘acelerar’ el pasado para recogerse mientras los fieles que esperaban ver pasar a las tres vírgenes aguantaban antes de ponerse a cubierto con el comentario generalizado de que la Virgen del Castro, que suele sacarse para que llueva sobre los campos, no había fallado en esta jornada festiva.
