PIEDRA DE AFILAR – Enrique Ramos
En favor de la globalización y de un mundo que cada vez nos devora más por donde menos lo esperamos, los señores de la Unión Europea han diseñado un acuerdo con las potencias emergentes de América del Sur (donde por cierto, se han puesto de acuerdo antípodas ideológicos como Lula y Milei).
El músculo agrario europeo, que en España tiene lo suyo, pero que sobre todo en Francia, Alemania y los Países Bajos, sigue dando protestas de alto voltaje, ha salido a la calle para decirle a la UE que si permiten que el agro sudamericano nos invada con sus productos de controles laxos, se pueden ir despidiendo del sector primario europeo, porque el campo de aquí no podrá competir.
Lo bueno de todo ésto es que quien alumbra semejantes acuerdos está financiado por la gran distribución. El que prefiere poner bananas ecuatorianas que plátanos canarios en sus lineales, porque son más baratas es el señor Juan Roig. ¿En qué momento un agricultor del Páramo que siembra cuatrocientas hectáreas de maíz ha pensado que los intereses del dueño de Mercadona son los mismos que los suyos? Pues ojo, que seguramente estén votando lo mismo.



