La llegada o no del SILAM al Regimiento de Artillería Lanzacohetes número 63 de Astorga sigue siendo una incógnita. Este pasado martes, el general jefe del Mando de Artillería de Campaña, Antonio Mongío, visitaba nuestra ciudad para asistir a la apertura de la exposición que recorre los 150 años de la artillería en Astorga y durante su intervención remarcó y dio por hecho que «el Regimiento tiene por delante un futuro prometedor con la llegada de nuevos materiales y nuevas capacidades que le harán tener unas capacidades estratégicas que no tienen parangón en el resto del Ejército de Tierra y en todas las Fuerzas Armadas».
La semana pasada, como recogía esta redacción, se conocía la cancelación del contrato -tal y como figuraba en la Plataforma de Contrataciones del Estado- para la fabricación y suministro de los Sistemas Lanzadores de Alta Movilidad previstos para el RALCA 63 debido a la crisis diplomática del Gobierno de España con el Estado de Israel.
Cabe recordar que, según la entrevista ofrecida al FARO por el coronel Santiago Calderón, estos nuevos materiales estarían en nuestra ciudad «para el último trimestre de este año, contando con una primera sección de lanzacohetes y el resto del Regimiento está previsto completarlo a lo largo de 2026».
Parece, por tanto, que la puerta igual no está totalmente cerrada a la espera de conocer si hay un ‘plan b’ o alternativa por parte del Ministerio. Según publica Cordópolis, sobre el papel el contrato con la unión temporal de empresas formada por Escribano M&E y Expal para la fabricación de 12 lanzacohetes SILAM con tecnología israelí se encuentra cancelado pero «eso no motiva la presunta suspensión de un contrato que asciende a 697 millones de euros, según coinciden todos los analistas». Según recoge este medio, «tampoco aclara si la licencia tecnológica israelí, supuesto escollo del programa militar suprimido, va a ser sustituida por una opción alternativa factible ni qué consecuencias mercantiles se derivan de la presunta ruptura de un contrato con implicaciones geopolíticas y en materia de seguridad y defensa».
Pero Cordópolis va más allá e indica que «el programa SILAM, incluida la patente de Elbit Systems, se mantiene activo en la factoría de Escribano M&E en Córdoba. En opinión de estos analistas, la transferencia tecnológica israelí ya se ha ejecutado, ha sido pagada a su proveedor y dar marcha atrás al proyecto tendría consecuencias enormemente gravosas».
Además, recoge que «apenas cuatro días antes de la anulación del contrato, la dirección general del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), adjudicó por casi 60.000 euros un proyecto para ejecutar ensayos en mar dentro del marco del proyecto SILAM». «La empresa adjudicataria UTEK se encargará de gestionar los permisos y el alquiler de una embarcación para un plazo de diez días de ensayos que se realizarán en el pantano de San Juan, en Madrid. También incluye asistencia técnica para tres pruebas que tendrán lugar en Mazagón (Huelva) y en la Base Naval de Cartagena, todos ellos entre septiembre y noviembre de este año». Por ello, «los ensayos, que se realizarán en los próximos días o semanas, revelan que los prototipos ya se encuentran en una fase avanzada».
Lo cierto es que ni Escribano, ni Expal, ni Elbit, ni el propio Ejército ha expresado la más mínima queja por la presunta cancelación del contrato, pese a las previsibles y costosas consecuencias que comportaría por lo que desde Cordópolis indica que puede ser «otra maniobra propagandística del Gobierno para hacer creer a la opinión pública que ‘actúa de forma responsable frente al genocidio de Gaza.
