PIEDRA DE AFILAR – Enrique Ramos
Empezaron diciéndonos que los 40 eran los nuevos 30; después que los 50 eran los nuevos 40, y que los 60 los nuevos 50. A fuerza de gimnasio, cremas y cirugías plásticas llegamos incluso a creérnoslo. Tanto, que hemos atracado en el puerto de una adolescencia infinita; una sociedad formada por individuos caprichosos, volubles e inconstantes como si la explosión hormonal no se acabase aunque lo disimule el fin del acné.
Lo que no nos dijeron era que la lisonja de la edad tenía cara b, como los vinilos y las musicasettes ¿Os creéis que con 70 estáis como con 60? Vale. Pues jubilaos con 70
